El cielo comenzó a llorar infinita lágrimas que parecen de cristal y sal, iniciando una canción indescifrable a mis oídos pero que estremecen mi corazón, haciéndome remontar a una de las escenas mas placenteras.
La habitación tan solo iluminada por el dulce susurro de las velas, llenando el ambiente de vainilla y especias, una fogata con ese pino entre viejo y nuevo para armonizar.
La habitación tan solo iluminada por el dulce susurro de las velas, llenando el ambiente de vainilla y especias, una fogata con ese pino entre viejo y nuevo para armonizar.
Una hamaca que pareciera hecha de nubes, con un suave bamboleo cual olas de mar en calma, y tan solo dormir levemente en tus brazos, hasta metamorfizarme en algo tan ligero que se volvió etéreo.
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