Entre Sueños

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Así fue que se deslizo todo anoche entre mis dedos, apenas alcanzo creer que fue tan solo un sueño, algo tan vívido.

Pude tomarte por sorpresa y oler tu camisa cuando esta aun con los rastros de la lavanda cuando se conjuga con el olor de ese perfume de ylang ylang y bergamota que tanto me gusta, y la parte de tu cuello al que no le aplicas para que pueda disfrutar ese rinconcito a plenitud.

Incluso sentí tus cabellos debajo de mi mano, tire de ellos suavemente como me gusta, cuando te beso, al compás que vas marcando en cada uno de los movimientos de tu cuello el cual obedece dulcemente a mis dedos.

Hoy solo me quedan los suspiros y la duda, ¿Será que te podre ver ?

Despertando

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Hola,

He regresado. Estaba mas que dormida ausente de todos y de mi, encadenada como en la eterna pesadilla, que sufren aquellos que solo andan en las funciones básicas: leer, trabajar, comer, dormir. Todas mis energías estaban eclipsadas en la pesadez que adquieren las cosas cuando pierden el alma, la cual he ido recuperando.

¿Como?

A la verdad que no tengo ni la mas mínima idea, pronto, por lo menos tengo la esperanza de que estaré por aquí con mas frecuencia. Gracias de corazón a todos aquellos que se han preocupado por mi

Besos

Annie

Confesion

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No me imagine que doliera tanto el no haber podido decirte adiós, el ver que no estas que no me podrás abrazar mas, no porque no me ames simplemente porque ya no existes mas. Así de simple se deslizo entre mis manos tu vida.

Por lo menos tengo la certeza de que sabes que te ame, te ame profundamente, y a pesar de que sienta que no puedo dar un paso mas debo hacerlo.
Mis lagrimas caen cual lluvia sobre mis mejillas, una lluvia que debe de seguir su curso de manera silente para que nadie se entere.

Y aunque el mundo lo ignore contigo se ha ido una parte de mi. Aquella que te pertenecía. No eres tan solo un recuerdo, simplemente eres TU,

Te extraño

Cuando la luna abrazo el mar

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No se cuantas veces se ha repetido este fenómeno, pero tan solo puedo decir que fue mágico. El sol moría lánguidamente sobre el Caribe. La luna salia cual doncella de su tálamo de nubes, sin siquiera tomar tiempo para deslizar sus pies y seguir encadenada a ellas.


El mar se volvió de plata al recibirla, parecía que bailasen en una entrega tal, digno de un
pas de deux, sin miramientos embriagados por el dulce aroma de los almendros. De esos que hay que buscarlos secos para poder golpearlos suavemente y sacar la delicia que guardan en su interior.


Pude disfrutar todo esto por una simple pregunta: Has comido alguna vez almendras?